Las
discusiones de pareja son normales y útiles, ya que, gestionadas de forma
adecuada, facilitan la resolución de conflictos, el entendimiento y la
evolución de la pareja.
En
cambio, las discusiones de pareja destructivas, podríamos decir que son como el
tabaco o el alcohol: tóxicas, pero también adictivas, y cuando no las tienes te
crean una especie de síndrome de abstinencia.
Estas
discusiones destructivas generan un gran malestar en la relación de pareja. Se
genera un clima de tensiones que impiden la felicidad, la paz y la harmonía.
Una
vez estás inmerso/a en ellas, es complicado saber pararlas, y aunque no te
gusten y no quieras tenerlas, vuelven a producirse una y otra vez.
En
este artículo te explico cómo parar esas discusiones destructivas en 10 pasos,
y que espero que te sirva de gran ayuda.
Te
recomiendo que invites a tú pareja que también lo lea.
1. Deja de jugar a
juegos
En las discusiones destructivas, uno de la pareja o ambos,
busca o buscáis ganar la discusión, dar en su punto débil, dejar al otro
desarmado, que el otro se sienta mal, para tú ganar poder y estar en una
posición por encima del otro.
Después de cada discusión destructiva hazte las siguientes
preguntas: ¿Te ha servido para ser más feliz?, ¿Te sientes mejor contigo mismo
por haber ganado?, ¿Te sientes más seguro contigo mismo?
Puede que sí, pero es una FALSA sensación de
felicidad/seguridad. No lo olvides. Te estás engañando a ti mismo.
Deja de jugar a este juego absurdo de conseguir el poder. El
poder, la seguridad y la felicidad se consiguen de una forma muy diferente.
2. Analiza el
motivo real de la discusión
Está claro que una discusión de “por qué no has fregado los
platos”, “por qué me has contestado borde” o “por qué no has reservado
restaurante si te dije que lo hicieras”, puede ser motivo para derivar en una
discusión, pero no motivo de peso para derivar en una discusión destructiva.
Esto requiere de un análisis más profundo.
Si frecuentemente te encuentras con tu pareja envuelto en
discusiones destructivas, está claro que uno de la pareja o ambos tiene o
tenéis conflictos emocionales internos no resueltos.
Estos conflictos emocionales internos suelen tener que ver
con vivencias del pasado. Ya sean experiencias en relaciones vividas como
negativas, conflictos familiares y/o traumas de diferente índole.
Estos conflictos emocionales no resueltos son los que activan,
en las discusiones, emociones negativas intensas y descontroladas.
La ira, rabia, rencor u odio por experiencias vividas que no
has gestionado adecuadamente, son expresadas y desatadas en las discusiones con
tu pareja convirtiéndose en destructivas.
La emoción sentida es tan fuerte que va dirigida a querer
destruir a tu pareja y hacerle daño. Pasado un tiempo, cuando las aguas se
calman, puedes reconocer que tu reacción ha sido exagerada y tu pretensión no
era hacerle daño.
Sin embargo, esto no puede seguir así una vez tras otra, ya
que la relación poco a poco se va deteriorando y se va instaurando un clima
cada vez más negativo en la pareja.
Analiza qué hay detrás de cada discusión, ¿Es tan grave que
no haya fregado los platos? ¿Qué es realmente lo que me ha dolido de todo esto?
Siéntate con tu pareja y ayudaros mutuamente a descubrir las
razones reales que os llevan a ir al límite. Para ello tienes que adentrarte en
tu mundo emocional.
3. Rompe tu muro
emocional
Puede ser que, por estas experiencias vividas de las que
hablaba, te hayas ido construyendo un muro emocional para no lidiar con esas
emociones negativas y por tanto evitar así el sufrimiento.
Este muro o defensa que has construido, te aporta una cierta
seguridad en la relación con los demás, pero abre un abismo en tu relación
íntima con tu pareja que dificulta la solución de conflictos.
Tu pareja está, entre otras cosas, para poder hablar sin miedo
de todas tus inseguridades, miedos y debilidades. No te pongas a la defensiva,
no es tu agresor sino tu aliado, sólo tienes que dejar que lo sea.
Por tanto, para poder analizar el por qué te has puesto tan
furioso o rabioso, debes traspasar esa barrera emocional que te distancia de
tus sentimientos y poder expresarlos con tu pareja.
No tengas miedo de entrar en contacto con tus emociones, si
las escuchas con atención, te guiarán para que consigas un mayor bienestar.
4. Sé honesto
contigo mismo
Es importante que seas capaz de reconocer tus errores en todo
momento. Esto forma parte de la madurez emocional.
No caigas en el falso mito de que reconocer tus errores y
pedir perdón implica rebajarte. Es justamente al contrario. Alcanzarás un nivel
superior de madurez y harmonía cuando seas capaz de hacerlo.
En realidad el poder, el respeto y la felicidad solo pueden
conseguirse de una sola forma: con amor. El poder y el respeto impuesto, no es
real; ya que el otro actúa como tú quieres por miedo.
En cambio, si tú ofreces amor a las personas y las haces
sentir especiales, te eligen de forma incondicional.
Si eres tú quien suele reconocer los errores y en cambio tu
pareja no lo hace, muéstrale el camino de cómo hacerlo. Le enseñarás una
valiosa lección que le aportará paz interior.
5. Cómo tener una
discusión constructiva
Cuando discutas con tu pareja, evita poner el foco de
atención en el contraataque. El contraataque únicamente lleva a discusiones en
escalada con peligro de que deriven a discusiones destructivas.
Una opción mejor es que busques internamente en qué te has
equivocado tú para que tu pareja se sobresaltara.
Si la discusión va aumentando de intensidad, tómate un
respiro, dile a tu pareja que necesitas un rato para pensar y que luego
retomaréis el asunto.
Es importante que el asunto lo retomes y que no lo dejes
pasar. Si lo dejas pasar y no habláis de lo ocurrido, es el poso que se va
creando poco a poco de rabia y rencor, que en un momento u otro saldrá en forma
de discusión destructiva.
Una vez te has relajado, comienza la charla expresando cuáles
crees que han sido tus errores. De esta forma permites rebajar la posición
defensiva en la que seguramente se encuentra tu pareja.
Seguidamente exprésale cómo te has sentido. Esta forma de
enfocarlo es importante y te explico por qué en el siguiente paso.
Así como tú expresas cómo te has sentido, también debes
tratar de averiguar y entender cómo se ha sentido tu pareja.
Una vez hayáis puesto los sentimientos en común, es
importante que lleguéis a un acuerdo de qué hacer o cómo actuar la próxima vez
para que no vuelva a repetirse.
Si tenéis dificultad para tener una charla relajada ya que
cada vez que lo intentáis aumenta el tono de voz y la tensión, os aconsejo que
vayáis a un lugar público. La presencia de otra gente hará que os controléis y
podáis hablar de una forma más relajada.
6. Habla desde la
emoción
Un profesor de la universidad me dijo un día algo que
realmente me ha funcionado hasta el día de hoy:
Cuando estés en una discusión, habla siempre desde tu
emoción: “me he sentido dolido porque …” en vez de “es que tú has hecho tal
cosa para fastidiarme”.
Si tú hablas desde tu sentimiento, eso es algo que nadie
puede rebatirte, ya que los sentimientos solo los sientes tú y nadie más. En
cambio si tú haces interpretaciones de lo que el otro ha hecho, siempre lleva a
desacuerdos sin solución.
Por tanto, no hagas interpretaciones acerca de lo que el otro
ha dicho o hecho sino de cómo te has sentido tú. Esto ayudará a rebajar la
intensidad de las discusiones y a que la otra persona pueda llegar a entenderte
con mayor facilidad.
7. No evites las
discusiones, aprende a discutir
A menudo ocurre que uno de la pareja trata de evitar los
conflictos para no discutir.
Como dije al principio, es normal discutir y no solo normal
sino que es útil y productivo si sigues estos pasos y logras llegar a un
entendimiento y acuerdo mutuo.
De hecho, las parejas que no discuten nunca pueden tener un
problema mayor. Normalmente se trata de una relación poco íntima, que se
relacionan entre sí desde la superficie. Con lo cual eso les lleva a no haber
motivos de discusión pero tampoco de intimidad.
Cuando hay algo que te molesta de tu pareja o no ves
apropiado, no te lo guardes.
El peligro de guardarse lo que a uno le molesta del otro, es
que llega un momento que la persona explota, y lo hace de forma incontrolada. Y
eso es algo que debes corregir.
No se trata de evitar las discusiones sino de aprender a
discutir.
Exprésale desde la calma y la serenidad cómo te sientes
cuando él/ella se comporta de esa manera. Recuerda hablar siempre desde tu
sentimiento. No juzgando su forma de actuar.
Si tu pareja se enfada y se enciende, entonces está claro que
ahora el problema lo tiene él/ella que no es capaz de reconocer sus errores y
de hablar desde el respeto. Con lo que debe volver al paso 2 y 3.
8.
Celebra que habéis resuelto la discusión
con éxito
Te has tomado un tiempo para pensar, te has sentado a hablar
con tu pareja acerca de la discusión que habéis tenido, has entendido su
sentimiento y él/ella el tuyo, has planteado cómo actuar la próxima vez para
que no vuelva a ocurrir lo mismo; Muy bien, lo lograste, pero no lo dejes ahí,
celebra que os habéis reconciliado y que habéis llegado a un entendimiento.
Este gran esfuerzo y su final feliz deben ir acompañados de
una recompensa.
Así que sal a cenar fuera, mirad una película abrazados o
disfruta de un buen encuentro sexual que os ayude a reconectar.
9. Evita posibles recaídas
Como dije al principio de este artículo, las discusiones
destructivas son como el tabaco o el alcohol, y como toda droga hay que
prevenir las posibles recaídas.
Para ello, es importante que cuides la relación de pareja. No
se trata sólo de intentar no tener discusiones destructivas sino también de
generar un clima general de paz y amor dentro la pareja.
Este clima de paz y amor no aparece sólo, sino que requiere
de tu esfuerzo y dedicación:
-
Exprésale
frecuentemente a tu pareja lo que significa para ti
-
Háblale con el mismo
respeto que te gusta a ti que lo haga
-
Ten de vez en cuando
algún detalle hacia él/ella que le haga sonreír
-
Exprésale de vez en
cuando las cosas que te gustan de él/ella
Si aplicas los tips que te he comentado y cuidas la relación
en el día a día, las discusiones destructivas formarán parte del pasado.
10.
Acude a terapia de
pareja
Si tras poner en práctica de forma
deliberada estos tips observas que las discusiones destructivas de pareja
continúan, es el momento de plantearse la terapia de pareja.
Como he comentado anteriormente, las
discusiones destructivas vienen dadas porque un miembro o ambos de la pareja
tiene conflictos emocionales no resueltos.
No es fácil resolver por uno mismo
los conflictos emocionales internos, ya que muchas veces uno no es consciente
de ellos o bien sí es consciente pero no sabe cómo abordarlos ni gestionarlos.
En ese caso, te recomiendo que
cuentes con la ayuda de un profesional para que te guíe en este proceso.
Mònica