Si tienes suerte... tu también te harás mayor








“España sigue su proceso de envejecimiento. Según los datos del Padrón Continuo (INE) a 1 de enero de 2015 hay 8.573.985 personas mayores (65 y más años), el 18,4% sobre el total de la población (46.624.382). Sigue creciendo en mayor medida la proporción de octogenarios.”
ABELLÁN GARCÍA, Antonio; PUJOL RODRÍGUEZ, Rogelio (2015). “Un perfil de las personas mayores en España, 2015. Indicadores estadísticos básicos”. Madrid, Informes Envejecimiento en red nº 10. [Fecha de publicación: 22/01/2015]







Ahí va una gran noticia: Si tienes suerte… tu también te harás mayor”. Así es, te harás mayor, y con ello, puede que te duelan algunas articulaciones del cuerpo (¿te acuerdas de esa antigua lesión?). Es muy probable que no todos los dientes que lleves sean tuyos. Seguramente,  no tengas tanta fuerza en los dedos y hayas perdido habilidad para coger instrumentos pequeños. Es posible que lleves gafas porque tus ojos estén cansados o bastón para que no te juegue malas pasadas el equilibrio. Puede incluso que te dejes encendido el gas, o llegues a perder las llaves cuando siempre las has dejado en el mismo sitio.

Cuando llegue ese día en que quizás ya no puedas cuidarte como siempre lo habías hecho ¿Cómo te gustará vivir? Piénsalo bien. Si te quedaras en casa ¿quizás pondría a una persona para que te ayude durante el día? Si tuvieras hijos ¿irías a vivir a su casa? ¿Se te pasaría por la cabeza eso de ir a una residencia? ¿Lo has pensado? Es preciso que reflexiones y que lo hagas ya. Urge que seas consciente de que todos seremos mayores algún día (si tenemos suerte).

Pero déjame decirte algo más, decidas donde decidas estar, te has preguntado alguna vez ¿Cómo desearías que te trataran? Si tu respuesta es “bien”, ahonda un poco más.

Imagina conmigo. Llega tu familia de visita a casa con prisas y entre el esto no se hace así mamá/papá, y el te lo tengo dicho millones de veces, escuchas como se dicen entre ellos “cada vez está peor, mira lo que hace”. Sigues con tu vida sorteando el día a día de un mundo que pese a que siempre ha estado ahí, cada vez es más complicado. Está claro que eres tú lo que está cambiando. Puede que entonces mientras piensas “pero todavía puedo hacer cosas” salgas a comprar. Es posible que la persona de la cola del supermercado, al ver que vas demasiado lenta y que hay muchas cosas por hacer, te saque las monedas del monedero y te ponga ella misma los productos en las bolsas, sin preguntarte si necesitabas de su ayuda. Un tímido gracias puede que contestes a la joven. Puede que encuentres que en las visitas del médico, éste se dirija más a la persona que te acompaña que a ti.  Parece que ya no eres tú su “cliente”. Puede que cada vez decidas menos sobre tu vida y es que, según van diciendo más y más personas de tu alrededor, ya eres muy mayor.
¿Qué papel tenemos en la sociedad las personas cuando nos hacemos mayores?

Cada vez son más las personas que afortunadamente, como tú hoy, se hacen estas preguntas y cada vez más este cambio personal se traduce en un cambio social que permite abrir las puertas a un nuevo concepto de atención asistencial. Este cambio tiene nombre y apellidos. Os presento el camino (individual y colectivo) a seguir: Atención Centrada en la Persona.
La atención centrada en la persona o ACP, surge como una necesidad de atención en la que la dignidad y la singularidad de la persona son el punto de partida. Tom kitwood de la universidad de Bratford, fue el pionero en la aplicación de la ACP en personas con demencia que vivían en residencias. Comentaba que era necesario, para poder entender el comportamiento de una persona, tener en cuenta no sólo el daño neurológico, su salud y estado físico en general, sino también su historia de vida, los rasgos de personalidad, las características del entorno en que se encontraba (Brooker y Surr, 2005).

Si bien es cierto que la persona necesita una atención biomédica, hay necesidades también vitales que son igualmente importantes para que la persona tenga calidad de vida. El decálogo de la ACP nos da una pista del camino que sigue: 

1. Todas las personas tienen dignidad.
2. Cada persona es única.
3. La biografía es la razón esencial de la singularidad.
4. Las personas tienen derecho a controlar su propia vida.
5. Las personas con grave afectación cognitiva también tienen derecho a ejercer su autonomía.
6. Todas las personas tienen fortalezas y capacidades.
7. El ambiente físico influye en el comportamiento y en el bienestar subjetivo de las personas.
8. La actividad cotidiana tiene una gran importancia en el bienestar de las personas.
9. Las personas son interdependientes.
10. Las personas son multidimensionales y están sujetas a cambios.

Des de este enfoque, la atención se aleja de un estilo paternalista y la atención individual, que se dirige a cubrir las necesidades de la persona. Además cuenta con la participación de ésta en todo el proceso. Se trata de cambiar una atención centrada en el servicio, en la que es la persona la que debe adaptarse a las necesidades de éste, a una atención centrada en la persona, en la que son los servicios los que se tienen que adaptar a ella.

¿Te imaginas que con suerte te haces mayor y las personas que te atienden, velan por tu empoderamiento, por conocer tu historia de vida, por respetar tu singularidad, por fomentar un día a día en que lo cotidiano tenga un valor, por respetar tus deseos, por proteger tu dignidad, por trabajar para que tu proyecto vital tenga continuidad? Este es el cambio que supone atender a las personas mayores des de un nuevo punto de partida.

Es preciso que reflexiones porque cuando te hagas mayor, querrás que las personas que te atiendan (médicos, enfermeros, auxiliares, asistentas, hijos, vecinos…), se hayan hecho como tú, todas estas preguntas. Hoy, tú, ahora, puedes empezar este cambio individual a través de la toma de conciencia (atendiendo a nuevos valores) que se traducirá sin duda, en un cambio en el colectivo de nuestra sociedad.


Si te ha interesado la temática, te recomiendo que veas un ejemplo de cómo el modelo ACP se ha puesto en práctica en una residencia del país Vasco: “Esta también es mi casa”. 




Referencias de interés:
Brooker, D. & Surr, C. (2005). DCM: Principles and Practice. Bradford: Univeristy of Bradford.
ABELLÁN GARCÍA, Antonio; PUJOL RODRÍGUEZ, Rogelio (2015). “Un perfil de las personas mayores en España, 2015. Indicadores estadísticos básicos”. Madrid, Informes Envejecimiento en red nº 10. [Fecha de publicación: 22/01/2015]
http://www.colpsinavarra.org/noticias/teresa-martinez-la-acp-propone-que-los-servicios-se-ajusten-las-personas-y-no-al-reves
http://www.fundacionpilares.org/docs/AICPweb.pdf
http://www.acpgerontologia.com/seguiraprendiendo/documentosrecomendados.htm

“RUEGO APASIONADO A UNA FUTURA ENFERMERA”. En 1984, la Society of Geriatric Nursing del Royal College of Nursing, instituyó un Premio al mejor ensayo sobre Enfermería. Rosemary Mills, Supervisora de la Residencia Balgoman en Kent lo ganó, con el texto que se publicó en “Noticias de Enfermería”, Vol. 43 Pag. 29, 1985, Liga de las Sociedades de Cruz Roja. Con las 100 libras dio una fiesta para sus pacientes. (fácilmente accesible en internet)



Bibiana Badiella. 
Psicòloga 21373