Los sueños parecen al comienzo imposibles, después improbables, y más tarde, cuando nos comprometemos con ellos se vuelven inevitables” Cristopher Reeve.
La vida es oportunidades, pero como no las podemos vivir todas tenemos que priorizar y elegir. Este hecho a menudo genera dudas y angustia, puesto que, no queremos equivocarnos, no queremos dejar pasar oportunidades, y esto trae una gran dificultad para tomar decisiones. Es importante que aceptemos que muchas veces elegir un camino quiere decir dejar otro, que esto no es nada grave, que si me equivoco tendré la oportunidad de aprender del error y de que, en general, en la vida, después de una oportunidad viene otra. Quizás habré perdido un tren, pero siempre podré coger otro…y quien me dice que no me llevará a un lugar mejor? De todas las oportunidades, algunas nos vienen al azar pero otros las generamos nosotros mismos. Es por este ultimo caso en que es importante que sepamos que buscamos y donde tenemos que buscar y nos podamos convertir en autolideres y protagonistas de nuestra vida. De pequeños nos lideran desde casa y la escuela y no tenemos suficientes recursos para el autoliderazgo. Conseguir este autoliderazgo requiere: – responsabilidad (de que hago, pienso, siento, decido…) – compromiso ( es decir, fidelidad con todo lo anterior). Si la vida con la cual estoy comprometido no coincide con la que me gustaría estarlo nos encontramos ante un conflicto. El conflicto en si no es malo, es producto de una contradicción o diferencia de opiniones, por lo tanto es muy humano. Lo malo es como resolvemos los conflictos cuando optamos por la agresividad, el enfado con nosotros mismos, la rabia, la desesperación, el no hacer nada,… Por lo tanto vamos a considerar este conflicto como una oportunidad de crecer, como un reto, y, si decidimos, finalmente, comprometernos con este reto, ya tenemos un camino por recorrer.